Estos versos, irrumpen en la escena poética actual con el rugido profundo y oscuro de la voz del dolor.

La búsqueda incesante de respuestas, la pérdida de la fe, lo pensado y no dicho, lo dicho transformado en hoguera de palabras.

La oscuridad y el descenso a la entraña misma de aquello que nos destroza en mil pedazos.

La certeza de que el mundo no se detiene, aunque así parezca.

El amor, la pasión y el deseo.

El trascender en un otro, la desesperanza y el vacío de la ausencia, gestan y dan vida a este poemario del que no saldrán indemnes.

Pablo E. Barroso y sus decires conforman un huracán, que arrasa las almas de los que como yo, se entregan a este género sublime que es la poesía.

Alejandra Giménez

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